Cobran
fuerza inusitada los actos antisemitas en Europa
Por: León
Opalín
Europa es la cuna de la Cultura Occidental que
define el modo de percibir y manejar la realidad mediante la razón, históricamente
tiene sus raíces en el pensamiento griego. No obstante, el entorno que
prevalece hoy día en ese continente es la falta de razón, una expresión de este
hecho, entre otros, son las actitudes racistas existentes hacia diferentes
comunidades étnicas o religiosas cuyos integrantes han habitado en Europa desde
mucho tiempo atrás; es el caso de los judíos cuya presencia en su territorio se
remonta a miles de años y la de los musulmanes que empiezan a llegar
masivamente a Europa en los sesentas del siglo pasado.
Ante la violencia que se observa en Europa
contra los judíos y musulmanes, el Viceministro de la Unión Europea (UE), Frans
Timmermans, anunció la designación, al inicio de octubre, de dos Comisionados
encargados, respectivamente, de luchar contra el antisemitismo y la
islamofobia, cuya estrategia de acción deberá ser diferente en cada caso. En
este ámbito, desde hace mas de un año diferentes organizaciones judías
continentales habían estado presionando a las autoridades de la UE para el
nombramiento de un “zar” del antisemitismo; se considera que la designación de
los Comisionados es el primer paso de luchar en forma concreta por los derechos
fundamentales de Europa.
En este contexto, los actos antisemitas en
particular, han aumentado “dramáticamente”, tanto en número como en intensidad
(violencia, asesinatos), ello a pesar de que hoy día viven en Europa menos
judíos que al inicio de la Segunda Guerra Mundial: 1.4 millones y 9.5 millones,
respectivamente; 6 millones murieron durante el Holocausto, empero, su número
actual es menor al existente al de 1960, 3.2 millones. En la actualidad la
población judía en el mundo suma casi 16 millones.
En este marco, destaca el creciente odio hacia
los judíos en el mundo, especialmente en Europa. La Liga Antidifamación,
organización judía con sede en EUA, que lucha contra el odio a los judíos, realizó
un estudio el año pasado en el que entrevistó a más de 53,000 personas en más
de cien países que evidenció la realidad de antisemitismo. Francia ocupó el
primer lugar en incidentes antisemitas en Europa, seguida de Grecia y España.
El Centro para el Estudio del Judaísmo Contemporáneo Europeo de la Universidad
de Tel-Aviv, señaló en un informe que los actos antisemitas habían aumentado
40.0% en el 2014.
Por su parte, el Primer Ministro de Francia,
Manuel Valls, afirmó recientemente que el antisemitismo en su país refleja “una
crisis de democracia”. Asimismo, la organización SOS, con base en datos
oficiales del Ministerio del Interior de España, ha mencionado que los
incidentes antisemitas en esa nación subieron 700.0% en el 2014, en relación al
2013. Las manifestaciones antisemitas en España siguen al alza a pesar de que
la población judía en ese país de 47 millones de habitantes es solo de 20,000 personas;
el periodista judío español, Martin Varsavsky (MV) en un artículo que escribió
en julio del 2008 dice que casi no hay judíos en España, mas bien, “somos muy
pocos los miembros de todas las comunidades judías de España y no llegan a
15,000, según las propias instituciones judías, aunque otros cálculos
consideran que son 30,000”. MV indica que cuando los judíos fueron expulsados
del Reino (1492) eran 600,000, el 10.0% de la población total. Siendo tan pocos
en el presente, “lo mas probable es que la mayoría de mis lectores nunca haya
cenado en casa de un judío, o conocido a profundidad a un judío”, sin embargo, más
de la mitad de los estudiantes españoles de secundaria han dicho que “estarían
poco o nada dispuestos a trabajar con un judío, según encuesta del diario El
País”.
Para MV este horroroso prejuicio que demuestran
los estudiantes es el mismo que sienten por otras minorías, especialmente por
la de los gitanos. El prejuicio contra los judíos no está fundamentado en el
encuentro con estos, sino por la historia antisemita desde la Inquisición.
Adicionalmente los medios masivos de comunicación españoles habitualmente
atacan a los 6 millones de israelíes judíos que viven entre más de 1,000
millones de musulmanes, de ser la causa de la violencia en el mundo árabe y
musulmán.
MV
expresa que existe en España otro antisemitismo que cree que Israel controla a
EUA y que los dos países son enemigos de la convivencia y la estabilidad
global; “en EUA existe un lobby judío en el Congreso que controla los destinos
de la política y la economía mundial”; el viejo mito de los Protocolos de los
Sabios de Sion, que difunde la idea de la existencia de una conspiración judía
mundial para apoderarse de la riqueza. Los judíos en España son frecuentemente
acusados de haber matado a Cristo.
MV concluye que se puede ser judío en España,
empero, no es fácil; duele mucho y entristece que exista tanto prejuicio contra
una minoría judía, MV se pregunta ¿se trata de ignorancia o de una cierta
judeofobia inconsciente en un país sin judíos?
De frente a este cuestionamiento el presidente
de la Federación de Comunidades Judías en España, Isaac Querub, piensa que el
problema del antisemitismo en ese país preocupa porque es el síntoma de una
enfermedad grave en el seno de una sociedad de desequilibrios, de inseguridad y
de falta de identidad a nivel individual. Opina que se requiere educar a los niños
y adolescentes en las escuelas respecto a la diversidad, a la libertad y a las
diferencias en la sociedad. ¡No es una mala idea!.